El Convento de Santa Clara se erige como un faro de luz en la oscuridad, irradiando esperanza y compasión a todos los que buscan refugio en su seno. Sus puertas siempre están abiertas para aquellos que anhelan encontrar consuelo, inspiración y renovación espiritual en la tranquilidad de su entorno.
Así, en este lugar sagrado, las Franciscanas Clarisas continúan su noble labor, guiadas por el legado de sus fundadores y el amor inquebrantable hacia Dios y hacia sus semejantes. El Convento de Santa Clara, desde su humilde fundación en el siglo XVI, sigue siendo un faro de fe y esperanza en el corazón de Llerena, Badajoz, iluminando el camino de aquellos que buscan la verdad y la paz interior.